martes, 14 de diciembre de 2010

Respirar el lenguaje



“Fijate: Marcel Proust era asmático y respiraba con mucha dificultad, por lo que usaba frases muy cortas al hablar. Sin embargo, utilizaba frases extremadamente largas que no pueden leerse en voz alta si no se les inventa una puntuación. Lo que hacía era respirar en la escritura. Se podría pensar en esa escritura larga, sin puntos, de Proust como en una audacia formalista, sin entender que, como muchos de los procedimientos, no son resultado de una hipótesis formal, sino de algo personal que se convierte en forma. O se trans-forma literalmente. /…/ Descubrir que escribir se hace en parte con el cuerpo, tranquiliza.”

Mauricio Kartún. “Cómo construir y deconstruir una obra”. En: P/Picadero. Buenos Aires: Instituto Nacional del Teatro, Año IX, N° 24, noviembre de 2009.

No hay comentarios:

Publicar un comentario